LAS INCREIBLES EVIDENCIAS DE LA BIBLIA
(20 de Agosto de 2015)
El Creador y Sustentador del universo nos ha dejado en la Biblia los detalles de su creación para cerrar la boca del ateísmo irrazonable y permitir que las mentes humanas honestas puedan comprender su poder, sabiduría y amor a través de toda la creación que nos rodea.
Además, esta revelación bíblica demuestra, sin lugar a dudas, que solo Dios pudo haber anticipado estos conocimientos descubiertos cientos de siglos después.
Además, esta revelación bíblica demuestra, sin lugar a dudas, que solo Dios pudo haber anticipado estos conocimientos descubiertos cientos de siglos después.
El HOMBRE CREADO DEL POLVO DE LA TIERRA
La Biblia nos revela que el ser humano fue creado del polvo de la tierra y los científicos modernos han comprobado que el cuerpo humano está compuesto de 25 elementos, cada uno esencial para la vida humana y son ¡los mismos 25 elementos que forman el polvo de la tierra!
La Biblia reveló esta increíble verdad 3,400 años antes que los investigadores de la NASA (1982) lo confirmaran (Génesis 2:7).
La Biblia nos revela que el ser humano fue creado del polvo de la tierra y los científicos modernos han comprobado que el cuerpo humano está compuesto de 25 elementos, cada uno esencial para la vida humana y son ¡los mismos 25 elementos que forman el polvo de la tierra!
La Biblia reveló esta increíble verdad 3,400 años antes que los investigadores de la NASA (1982) lo confirmaran (Génesis 2:7).
LA TIERRA ESTA SUSPENDIDA EN EL ESPACIO
Las culturas más antiguas creían que nuestro planeta esta sostenido por grandes animales o grandes pilares.
El gran filósofo griego, Anaximandro (611-547 A.C.), fue uno de los rimeros en postular esta teoría, pero siglos más tarde, Pitágoras trató de probar esta teoría de Anaximandro.
Esto sucedió con más de mil años después que esta verdad se había revelado en la Biblia (Job 26:7).
La explicación de cómo puede la Tierra ¨flotar¨ en el universo no fue descubierta hasta el siglo XVI, cuando Isaac Newton propuso la Teoría de la Gravedad.
Las culturas más antiguas creían que nuestro planeta esta sostenido por grandes animales o grandes pilares.
El gran filósofo griego, Anaximandro (611-547 A.C.), fue uno de los rimeros en postular esta teoría, pero siglos más tarde, Pitágoras trató de probar esta teoría de Anaximandro.
Esto sucedió con más de mil años después que esta verdad se había revelado en la Biblia (Job 26:7).
La explicación de cómo puede la Tierra ¨flotar¨ en el universo no fue descubierta hasta el siglo XVI, cuando Isaac Newton propuso la Teoría de la Gravedad.
LA EXPANSIÓN DEL UNIVERSO
En el siglo IV (A.C.), Aristóteles dijo que el universo era finito en tamaño y que había permanecido sin cambio alguno desde la eternidad.
Esta teoría prevaleció hasta el año 1576, cuando el astrónomo inglés, Thomas Digges, propuso la idea de que las estrellas se extendían hacia el infinito.
Esta teoría fue confirmada en el siglo XVII por René Descartes e Isaac Newton, pero no fue hasta 1929, cuando el astrónomo,
Edwin Hubble, probó conclusivamente que el universo estaba en continua expansión.
Sin embargo, cuando aun no había telescopios, el profeta Isaías (720 A.C.), ¡profetizó la expansión del universo (Isaías 45:12)!
En el siglo IV (A.C.), Aristóteles dijo que el universo era finito en tamaño y que había permanecido sin cambio alguno desde la eternidad.
Esta teoría prevaleció hasta el año 1576, cuando el astrónomo inglés, Thomas Digges, propuso la idea de que las estrellas se extendían hacia el infinito.
Esta teoría fue confirmada en el siglo XVII por René Descartes e Isaac Newton, pero no fue hasta 1929, cuando el astrónomo,
Edwin Hubble, probó conclusivamente que el universo estaba en continua expansión.
Sin embargo, cuando aun no había telescopios, el profeta Isaías (720 A.C.), ¡profetizó la expansión del universo (Isaías 45:12)!
LA VIDA ESTA EN LA SANGRE
Por miles de años se practicó el ¨desangramiento¨ como un medio para tratar diferentes enfermedades, lo cual lógicamente ocasionó miles de muertes también por la ignorancia de que ¨la vida se encuentra en la sangre¨.
No fue hasta el año 1628 que William Harvey descubrió la función del corazón y la circulación de la sangre alrededor de todo el cuerpo humano.
Pero hasta el año 1840 se descubrió que el oxigeno transportaba la proteína de la hemoglobina en la sangre.
La Biblia, otra vez, mucho más anticipadamente que la misma ciencia, ya lo había revelado con muchos siglos atrás en el libro de Levítico 17:11 (1,400 A.C.).
Por miles de años se practicó el ¨desangramiento¨ como un medio para tratar diferentes enfermedades, lo cual lógicamente ocasionó miles de muertes también por la ignorancia de que ¨la vida se encuentra en la sangre¨.
No fue hasta el año 1628 que William Harvey descubrió la función del corazón y la circulación de la sangre alrededor de todo el cuerpo humano.
Pero hasta el año 1840 se descubrió que el oxigeno transportaba la proteína de la hemoglobina en la sangre.
La Biblia, otra vez, mucho más anticipadamente que la misma ciencia, ya lo había revelado con muchos siglos atrás en el libro de Levítico 17:11 (1,400 A.C.).
Y así podríamos mencionar muchísimas más evidencias de que la Biblia es realmente la Palabra de Dios mediante sus profecías científicas, físicas, químicas, genéticas, biológicas, históricas, geográficas, antropológicas, etc.
El Dios de la Biblia lanza este desafío:
El Dios de la Biblia lanza este desafío:
¨¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará y lo pondrá en orden delante de mi, como hago yo
desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncieles lo que viene y lo que está por venir; no teman
...¿no se los hice oír desde la antigüedad? Luego ustedes son mis testigos: No hay Dios sino yo,
no hay fuerte, no conozco ninguno¨ (Isaías 44:7-8).
desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncieles lo que viene y lo que está por venir; no teman
...¿no se los hice oír desde la antigüedad? Luego ustedes son mis testigos: No hay Dios sino yo,
no hay fuerte, no conozco ninguno¨ (Isaías 44:7-8).
Fuente: http://vidanuevaparaelmundo.org.mx/recursos/noticias_profeticas/2015/agosto-20.html
DR. Armando Alducin
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