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viernes, 25 de septiembre de 2015

Amando a otros.

Amando a otros.

Luc 6:32 porque si amáis a los que os aman ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
Para mucha gente, amar a otros es un concepto borroso. Afortunadamente, el amor ágape se ha definido claramente en las Escrituras. Cuando el amor es usado como un sustantivo en las Escrituras, se refiere al carácter, por ejemplo. "Dios es amor" (1 Juan 4:8) "el amor es paciente, el amor es benigno, etc... (1 Cor 13:4-8) El amor es la más alta conquista del carácter: la meta de nuestra instrucción es amar con un corazón sincero y buena conciencia y una fe no fingida (1 Tim 1:5) El amor es el fruto del Espíritu (Gál 5:22), el medio por el cual se identifica un verdadero discípulo de Cristo (Juan 13:35) La atención dada al amor en pasajes como 1 Cor 13 y 1 Juan 4 revela su importancia para Dios en nuestras relaciones interpersonales, donde la familia es primordial.
El amor ágape no es dependiente de la persona a la que se ama, sino del que ama. Quizá te agrade alguien por quién es él, pero le amas debido a quién eres tú. Dios nos ama no porque seamos dignos de ser amados, sino porque Dios es amor. Si fuera de otra manera, entonces el amor de Dios sería condicionado. Si te comportas mejor, ¿te amaría más Dios? Claro que no. El amor de Dios hacia nosotros no está basado en nuestro comportamiento, sino en Su carácter.
El amor también es usado como verbo en las Escrituras. Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito (Juan 3:16) Utilizado de esta manera, el amor es gracia en acción. Es dar incondicionalmente para suplir las necesidades de otro.
Si dices que no amas a alguien, has dicho más sobre ti que de la otra persona. Específicamente, estás diciendo que no has alcanzado la madurez de amar incondicionalmente (Luc 6:32) La gracia de Dios te permite amar a otros de una manera que la gente sin Cristo no puede. Dios no te manda que te agrade tu familia, tus vecinos o compañeros de trabajo porque no puedes ordenarle a tus emociones que respondan de esa manera. Pero sí te pide amarlos. Siempre puedes elegir hacer la parte de amar y confía en que tus sentimientos te seguirán con el tiempo.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Gracias Padre por otorgarme el más grande amor de todos al enviar a Jesús. Enséñame a amar a otros como Tú me has amado, en el nombre de Jesús, amén.


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