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lunes, 11 de noviembre de 2019

Estar preparado para las peores adversidades

Estar preparado para las peores adversidades Mat 7:25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. La fidelidad en el discipulado, significará que estamos preparados para la peor adversidad posible y para las pruebas. La gente a menudo no está preparada para los trastornos inesperados de la vida. Esto se ilustró vívidamente en las “una vez cada 500 años” inundaciones que sacudieron las llanuras del norte de los Estados Unidos en la primavera de 1997. Una comunidad en el Rio Rojo en Dakota del Norte fue especialmente devastada por los acontecimientos sorprendentes. Después de trabajar diligentemente por días para fortificar diques contra la creciente del río, la gente en Grand Forks no tuvo esperanza. Una mañana a mediados de Abril de 1997, el Rio Rojo se desbordó inundando el pueblo entero de 50,000 personas. Pocas muertes ocurrieron o heridas serias, pero prácticamente la población entera tuvo que abandonar sus hogares y propiedades ante las aguas lodosas. Fue una de las evacuaciones más grandes en la historia de los desastres Americanos y tomó mucho tiempo antes de que Grand Forks y los pueblos aledaños pudieran reparar todo el daño de la inundación. Para los creyentes, que enfrentan pruebas inesperadas puede ayudarles aprender a acercarse al Señor y pueden prepararse a sí mismos al descansar en la verdad de las palabras del profeta: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos” (Isa 26:3-4) Jesús enfatizó la necesidad de total abnegación por sus seguidores y completa preparación para enfrentar cualquier desafío, incluso la muerte (Mat 10:38-39) Si vivimos diariamente como sus discípulos, ninguna prueba nos tomará completamente desprevenidos. Podemos sorprendernos temporalmente y sentirnos incompetentes en un principio, pero no permaneceremos de esa forma. Ya sabemos que un Dios soberano tiene el derecho de traer ciertas pruebas y tribulaciones a nuestras vidas y Él también es capaz de darnos cualquier recurso que necesitemos para soportar (Filip 4:11-13, 1 Ped 5:6-7) Por John MacArthur

viernes, 8 de noviembre de 2019

Test lessons: true comfort

Test lessons: true comfort   2 Cor 1: 3-4 Blessed be the God and Father of our Lord Jesus Christ, Father of mercies and God of all consolation, who comforts us in all our tribulations, so that we may also comfort those in any tribulation, through the consolation with which we are comforted by God. God gives comfort to us very often in trials, so that we can comfort others. The nation of Ireland is known as the "Emerald Island" for good reason, it contains some of the greenest landscapes of any place on earth. When I visited it, I noticed that the abundant fog and mist, which usually covers the landscape, helps produce green grass and trees. That phenomenon is very similar to the Christian life. Many times when our life is obscured by the sufferings and pains of trials, it has a refreshing soul beauty that cannot always be seen. As the life of the apostle Paul shows, sensitive and merciful hearts are the product of great trials. Difficulties harass us so that God can give us much comfort. But such comfort is not only for our benefit. The Lord entrusts us with His comfort so that we can share it with others, as verse 4 of today's passage indicates. And He comforts us in direct proportion to the number of trials we have endured, which means that the more we suffer, the more God comforts us, and the more it comforts us the more we can comfort those who suffer. When we experience true comfort at the beginning of a trial, perhaps the most precious result is the sense of Christian belonging we feel. If God's comfort helps us to comfort others, then it is clear that other believers are positively affected by what we learn from our trials. The whole process elevates us beyond ourselves and shows us that as part of a local community or as part of the great Body of Christ, we are not alone and do not have to undergo various meaningless tests. The comfort we receive and the sense of belonging that results is a great incentive for any of us to be encouraged through trials and sufferings, knowing that such experiences enable us to minister as integral parts of the Body of Christ (1 Cor 12 : 26, 2Cor 1: 6-7) By John MacArthur

Lecciones de las pruebas: verdadero consuelo

Lecciones de las pruebas: verdadero consuelo 2 Cor 1:3-4 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Dios nos confía el consuelo a nosotros muy a menudo en las pruebas, para que podamos consolar a otros. A la nación de Irlanda se le conoce como la “Isla Esmeralda” por una buena razón, contiene algunos de los paisajes más verdes de cualquier lugar en la tierra. Al visitarla, noté que la abundante niebla y neblina, que generalmente cubre el paisaje, ayuda a producir el pasto verde y los árboles. Ese fenómeno es muy similar a la vida cristiana. Muchas veces cuando nuestra vida es oscurecida por los sufrimientos y dolores de las pruebas, tiene una belleza refrescante de alma que no siempre se puede ver. Como lo muestra la vida del apóstol Pablo, corazones sensibles y misericordiosos son el producto de grandes pruebas. Las dificultades nos acosan para que Dios pueda darnos mucho consuelo. Pero tal consuelo no solamente es para nuestro beneficio. El Señor nos confía Su consuelo para que podamos compartirlo con otros, como el verso 4 del pasaje de hoy lo indica. Y Él nos consuela en proporción directa al número de pruebas que hemos soportado, lo que significa que entre más sufrimos, más nos consuela Dios, y entre más nos consuela más podemos nosotros consolar a los que sufren. Cuando experimentamos un consuelo verdadero al inicio de una prueba, quizá el resultado más precioso es el sentido de pertenencia cristiano que sentimos. Si el consuelo de Dios nos ayuda a consolar a otros, entonces está claro que otros creyentes son afectados positivamente por lo que nosotros aprendemos de nuestras pruebas. El proceso completo nos eleva más allá de nosotros mismos y nos muestra que como parte de una comunidad local o como parte del gran Cuerpo de Cristo, no estamos solos y no tenemos que someternos a diversas pruebas sin sentido. El consuelo que recibimos y el sentido de pertenencia que resulta es un gran incentivo para que cualquiera de nosotros se sienta alentado a través de las pruebas y sufrimientos, sabiendo que tales experiencias nos capacitan para ministrar como partes integrales del Cuerpo de Cristo (1 Cor 12:26, 2Cor 1:6-7) Por John MacArthur

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Test lessons: we see a greater reward

Test lessons: we see a greater reward   1 Pet 5:10 But the God of all grace, who called us to his eternal glory in Jesus Christ, after you have suffered a little time, he himself perfects you, affirms, strengthens and establishes. Successfully enduring trials leads us to a greater focus on glorifying God in the future. Sufferings and trials teach us patience. However, in Heaven we will not need to be patient and therefore it is not the greatest long-term lesson that God wants us to learn from trials. He is much more pleased if we hold on to the truth that what we suffer now is directly related to our ability to glorify Him in eternity. Praising God will be our role in Heaven (Rev 4-5) and Paul reminds us that "If we suffer, we will also reign with him" (2Tim 2:12) In other words, if we learn to endure trials and tribulations now, we can expect to receive greater reward in eternity. I believe that the reward is primarily the ability to glorify God and therefore the more we endure in our present, the greater our ability to glorify Him in the future. At some point during Jesus' ministry with the disciples, two of them (the brothers John and James) wanted me to put them in the two most prestigious positions in His kingdom: sit on their right and left (Matt 20: 20-23 ). Santiago and Juan recognized the concept of eternal reward, but did not understand how it worked. So Jesus asked them if they were ready to endure the cup of suffering and death (like Him) before occupying such positions of power in His kingdom (v22). This implies once again that they endure in trials and advancement in future glory. They are correlated. (Jesus endured the greatest suffering on the cross and was raised to the highest position, at the right hand of the Father) The application for us of all this is clear: the Lord wants us to realize that the end of each trial contains much satisfaction and joy because we are building our future capacity to glorify Him. At the same time, we are understanding more and more of the value of perseverance through all kinds of pain and tribulation (Rev 2:10) By John MacArthur

Lecciones de las pruebas: vemos una mayor recompensa

Lecciones de las pruebas: vemos una mayor recompensa 1 Ped 5:10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. El soportar exitosamente las pruebas nos lleva a un mayor enfoque en glorificar a Dios en el futuro. Los sufrimientos y las pruebas nos enseñan paciencia. Sin embargo, en el Cielo no necesitaremos tener paciencia y por lo tanto no es la lección mayor a largo plazo que Dios quiere que aprendamos de las pruebas. Él está mucho más complacido si nos aferramos a la verdad de que lo que sufrimos ahora está relacionado directamente con nuestra capacidad de glorificarlo a Él en la eternidad. Alabar a Dios será nuestro papel en el Cielo (Apoc 4-5) y Pablo nos recuerda que “Si sufrimos, también reinaremos con él” (2Tim 2:12) En otras palabras, si aprendemos a soportar las pruebas y tribulaciones ahora, podemos esperar recibir mayor recompensa en la eternidad. Yo creo que la recompensa es principalmente la capacidad de glorificar a Dios y por lo tanto entre más soportamos en nuestro presente, mayor será nuestra capacidad de glorificarle a Él en el futuro. En algún momento durante el ministerio de Jesús con los discípulos, dos de ellos (los hermanos Juan y Santiago) desearon que los pusiera en las dos posiciones de mayor prestigio en Su reino: sentarse a su derecha e izquierda (Mat 20:20-23). Santiago y Juan reconocieron el concepto de recompensa eterna, pero no entendían cómo funcionaba. Así que Jesús les preguntó si estaban listos para soportar la copa de sufrimiento y muerte (como Él) antes de ocupar tales posiciones de poder en Su reino (v22) Esto implica una vez más que soportar en las pruebas y el avance en la gloria futura están correlacionadas. (Jesús soportó el sufrimiento más grande en la cruz y fue levantado a la posición más alta, a la diestra del Padre) La aplicación para nosotros de todo esto es clara: el Señor quiere que nos demos cuenta de que el final de cada prueba contiene mucha satisfacción y gozo porque estamos edificando nuestra capacidad futura de glorificarlo a Él. Al mismo tiempo, estamos comprendiendo más y más del valor de la perseverancia a través de todo tipo de dolor y tribulación (Apoc 2:10) Por John MacArthur