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martes, 30 de diciembre de 2014

Atesorando el precio de la redención

Atesorando el precio de la redención

Gal. 3:13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: "Maldito todo el que es colgado de un madero."

La llave para entender el clamor de Jesús de la cruz se encuentra en la carta de Pablo a los Gálatas. Gal 3:13

El ser maldecido es ser eliminado de la presencia de Dios, ser echado fuera de casa, ser quitado de Sus beneficios. En la cruz, Jesús fue maldecido. Esto significa que Él representó a la nación judía de los que habían quebrantado el pacto quienes estaban expuestos a la maldición y tomó toda la maldición sobre Sí mismo. Como el Cordero de Dios, portador de pecado, fue cortado de la presencia de Dios.

En la cruz, Jesús entró en una experiencia de abandono por nuestro beneficio. Dios le dio la espalda a Jesús y lo separó de toda bendición, de toda gracia y de toda paz.

Dios es demasiado santo como para aún mirar la iniquidad. Dios el Padre le dio la espalda a Su Hijo, maldiciéndolo hasta el abismo del infierno mientras fue colgado en la cruz. Aquí estaba el Hijo "descendiendo al infierno", aquí la ira de Dios se encendió en su contra. Su grito fue el grito de los condenados. POR NOSOTROS.

Y todo esto para que por medio de Él llegara la bendición prometida a Abraham a nosotros. Él fue maldecido para que tú y yo fuéramos
bendecidos

Por Robert C. Sproul

ORACIÓN

Señor, no puedo comprender todo lo que has hecho por mí, gracias por tu amor tan grande, por haber pagado en la cruz lo que yo debía, es un favor inmerecido el que me has hecho,viviré eternamente agradecido y alabaré tu nombre por siempre.

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